Ayer, paseando por el campo, en realidad por una urbanización en campestre que tengo cerca de donde vivo, me tropecé con esta súper moto. Que sí, que sí, que aunque no os lo creáis, estaba ahí tirada en una cuneta.


Vaaaaaaaaaaaaaaaale. Como sé que sois chicos y chicas listas y os habréis dado cuenta enseguida, lo reconozco, no es una súper moto lo que me encontré, sino una moto correpasillos de esas para niños, que alguno de ellos debió dejar olvidada en el camino quizá porque creció de repente y ya no le venía.

Ya lo veis. Tuve que probarla. Le pedía papá que me empujara un rato y otro rato a mamá y al menos durante un rato del camino fui bien cómodo en mi moto eventual.

A ver si me compran una nuevecita para Reyes y las excursiones se hacen menos pesadas.

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