Los Charcos de Quesa son unos pequeños y curiosos lagos que se pueden visitar en la localidad de Quesa, al interior de la provincia de Valencia.
Llegar a Los Charcos de Quesa es realmente fácil y el camino a pie tan cómodo que cualquier perro y hasta cualquier persona podrá hacerlo.
Eso sí, acercarse más o menos a la cascada del final, dependerá del atrevimiento de cada cual y de su estado físico. Porque incluso la parte trasera de la cascada se puede pisar.
Además de los lagos, que los hay más grandes y más pequeños, más profundos y más superficiales, al final del sendero que hoy os muestro, se descubre un precioso salto de agua.
A Los Charcos de Quesa, que descubrí esta misma Semana Santa llegué por casualidad y buscando Los Chorradores de Navarrés. La verdad es que con la misma casualidad se deben poder descubrir otros maravillosos lugares alrededor de toda la zona que baña el río Júcar.
Para llegar a Los Charcos hay que llegar a Quesa, para lo que hay que seguir la carretera CV580 que se encuentra desde la A7 de Valencia, tomando la salida 643 hacia CV590 Estubeny/Rotglà Corberà/Llanera de Ranes.
Una vez en Quesa para llegar a Los Charcos hay que atravesar el pueblo y pronto aparecerán los carteles señalizándolos.
Tras salir de la carretera se puede aparcar fácilmente y andar hasta los lagos y el salto de agua. Si no estáis buscando un largo recorrido de senderismo puedes aparcar bastante cerca, aunque perrunamente recomiendo caminar por el sendero lo máximo posible, ya que mientras se puede disfrutar del paisaje y del río que discurre por él.
Al llegar a la zona llamada propiamente "Los Charcos", hay que pisar rocas que en ocasiones pueden resultar resbaladizas. No podemos olvidar que es una zona húmeda.
Sin embargo, perros, no perros y hasta niños, pueden sin mucho esfuerzo llegar hasta la zona de la cascada.
Aunque no lo he visto, sí lo descubrí en otros lagos y estanques cercanos como el de Anna o el de Bolbaite, en verano, estoy seguro de que la zona es una zona de baño muy fresca y visitada. Sin embargo, el baño está prohibido a los perros. Es algo tan injusto.
Cuando se abre el camino y el charco más grande, regado por la cascada queda a la vista, a la derecha se puede subir a un recoveco en la roca creado con el tiempo y siguiendo por él, llegar hasta la parte trasera de la cascada. Fui allí, en la cuevita, donde encontramos un espacio para sentarnos, descansar y almorzar, a pesar de la cantidad de personas y perros, hay que decirlo, que quizá por la Semana Santa había decidido visitar Los Charcos.

Llegar a Los Charcos de Quesa es realmente fácil y el camino a pie tan cómodo que cualquier perro y hasta cualquier persona podrá hacerlo.

Eso sí, acercarse más o menos a la cascada del final, dependerá del atrevimiento de cada cual y de su estado físico. Porque incluso la parte trasera de la cascada se puede pisar.

Además de los lagos, que los hay más grandes y más pequeños, más profundos y más superficiales, al final del sendero que hoy os muestro, se descubre un precioso salto de agua.

A Los Charcos de Quesa, que descubrí esta misma Semana Santa llegué por casualidad y buscando Los Chorradores de Navarrés. La verdad es que con la misma casualidad se deben poder descubrir otros maravillosos lugares alrededor de toda la zona que baña el río Júcar.

Para llegar a Los Charcos hay que llegar a Quesa, para lo que hay que seguir la carretera CV580 que se encuentra desde la A7 de Valencia, tomando la salida 643 hacia CV590 Estubeny/Rotglà Corberà/Llanera de Ranes.

Una vez en Quesa para llegar a Los Charcos hay que atravesar el pueblo y pronto aparecerán los carteles señalizándolos.

Tras salir de la carretera se puede aparcar fácilmente y andar hasta los lagos y el salto de agua. Si no estáis buscando un largo recorrido de senderismo puedes aparcar bastante cerca, aunque perrunamente recomiendo caminar por el sendero lo máximo posible, ya que mientras se puede disfrutar del paisaje y del río que discurre por él.

Al llegar a la zona llamada propiamente "Los Charcos", hay que pisar rocas que en ocasiones pueden resultar resbaladizas. No podemos olvidar que es una zona húmeda.


Aunque no lo he visto, sí lo descubrí en otros lagos y estanques cercanos como el de Anna o el de Bolbaite, en verano, estoy seguro de que la zona es una zona de baño muy fresca y visitada. Sin embargo, el baño está prohibido a los perros. Es algo tan injusto.

Cuando se abre el camino y el charco más grande, regado por la cascada queda a la vista, a la derecha se puede subir a un recoveco en la roca creado con el tiempo y siguiendo por él, llegar hasta la parte trasera de la cascada. Fui allí, en la cuevita, donde encontramos un espacio para sentarnos, descansar y almorzar, a pesar de la cantidad de personas y perros, hay que decirlo, que quizá por la Semana Santa había decidido visitar Los Charcos.

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